
Descubre las actividades que puedes implementar con tus hijos para que aprendan sobre el dinero y el ahorro.
Cuando eras niño, ¿recuerdas lo que tus padres te decían sobre el dinero? Quizá te repetían que debías ahorrar o no malgastar. Esas palabras se quedan en nuestra memoria, pero lo que realmente moldea nuestra relación con las finanzas son las acciones que observamos. La manera en que manejaban el presupuesto, las conversaciones sobre deudas o la alegría al ahorrar para unas vacaciones, todo ello construyó un cimiento para tus hábitos financieros.
El impacto del ejemplo es una fuerza silenciosa pero poderosa. No se trata solo de dar lecciones, sino de vivir las prácticas que quieres que tus hijos imiten para dejarles un legado de salud financiera.
Un niño es un observador nato. Desde pequeños, están registrando la forma en que los adultos interactúan con el mundo, y el dinero no es la excepción. Ven cómo pagas en el supermercado, las conversaciones sobre si pueden o no comprar un juguete y la preocupación cuando una cuenta inesperada llega.
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) ha señalado que una gran parte de la población mexicana tiene una salud financiera deficiente. Aún más revelador, según la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (ENSAFI) 2023, solo el 53.2% de la población adulta en México lleva algún tipo de registro de sus ingresos y gastos.
Esta cifra nos muestra una oportunidad enorme para los padres: ser ese 46.8% que sí enseña con el ejemplo y forja buenos hábitos financieros. Cuando tus hijos ven que registras tus gastos, que planeas una compra grande o que dices “no” a un gasto impulsivo, están interiorizando un valor y aprendiendo que el dinero es una herramienta para la planeación.
El consejo de “ahorrar” es noble, pero no es suficiente. Por sí solo, no le da al niño el contexto de por qué es importante ni cómo hacerlo de forma inteligente. Para que tus hijos realmente aprendan, los conceptos deben ser aplicados y comprendidos en su vida diaria.
En lugar de simplemente decir “guarda tu dinero”, el enfoque debe ser mostrarles el “para qué” de esa acción. ¿Ahorramos para comprar el juguete deseado? ¿O para ayudar a alguien? Darle un propósito al ahorro lo hace tangible y motivador.
El Banco de México ha destacado en sus publicaciones educativas que el ahorro, especialmente en la juventud, debe estar asociado a metas y sueños para ser efectivo.
PRO TIP: La clave para entender cómo enseñar a los niños a ahorrar es involucrarlos en los procesos y hacerlos partícipes de las decisiones financieras del hogar a pequeña escala.
Aquí te presento tres actividades sobre el dinero para niños sencillas y accionables que puedes incorporar hoy mismo para enseñarles con el ejemplo.
El presupuesto no tiene que ser un documento secreto. Cuando te sientes a organizar tus gastos, invita a tus hijos a participar. Usa un pizarrón o una hoja de papel y dibuja categorías con ellos: “casa”, “diversión”, “ahorro”. Explícales a dónde va el dinero y por qué es importante asignar cada peso a una categoría. Esto les enseña que el dinero es un recurso finito que requiere de decisiones conscientes.
Este es un ejercicio divertido y muy efectivo. Dales tres recipientes y nómbralos: “Gastar”, “Ahorrar” y “Donar”. Cada vez que reciban dinero, ayúdalos a dividirlo.
La de “Gastar” es para sus deseos inmediatos; la de “Ahorrar” es para una meta a mediano o largo plazo; y la de “Donar” les enseña el valor de la generosidad. Este método les da control sobre su dinero y es una de las respuestas más prácticas a cómo enseñar a los niños a ahorrar.
Una de las mejores herramientas para la educación financiera es el dinero de bolsillo o mesada. A diferencia de comprarles todo lo que piden, darles una cantidad fija les enseña a administrar y a tomar decisiones. Si quieren un juguete no planeado, tienen que decidir si usar el dinero que tienen o ahorrar para ello.
PRO TIP: Las equivocaciones son parte del aprendizaje: es mejor que cometan esos errores con pequeñas cantidades ahora, a que lo hagan con grandes sumas en el futuro.
La educación financiera para niños no es una materia más que se enseña en la escuela. Es un conjunto de habilidades para la vida que se aprenden, principalmente, en casa. Cada vez que tomas una decisión consciente con tu dinero y planificas, estás dejando un legado.
Al enseñarles con el ejemplo, no solo los estás preparando para manejar su dinero, sino que les estás dando un legado de buenos hábitos financieros para enfrentar cualquier reto económico con inteligencia y confianza.
Puedes empezar tan pronto como muestren interés, alrededor de los 3 o 4 años. A esta edad, pueden entender conceptos básicos como el intercambio de dinero por un objeto. Conforme crecen, puedes introducir conceptos más complejos.
La honestidad es lo más importante. Puedes usar el proceso como una oportunidad para aprender juntos y mejorar sus propios hábitos financieros. Habla abiertamente sobre tus metas de ahorro y los retos que enfrentas. Esto les enseña que el ahorro es un hábito que se cultiva con esfuerzo.
En lugar de un simple “no”, explícale la razón con un enfoque de presupuesto. Por ejemplo: “en nuestro presupuesto para esta semana no está contemplado este juguete, pero podemos ponerlo como una meta de ahorro para el próximo mes.” Esto les enseña a diferenciar entre un deseo y una necesidad.
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