
La Generación Z se considera generalmente a aquellas personas que nacieron entre los años de 1995 a 2009, es decir, jóvenes que hoy están rondando entre los 15 y 29 años, aunque las fechas pueden variar ligeramente según las fuentes. Muchos de ellos todavía están estudiando en la preparatoria y la universidad, mientras que otros […]
La Generación Z se considera generalmente a aquellas personas que nacieron entre los años de 1995 a 2009, es decir, jóvenes que hoy están rondando entre los 15 y 29 años, aunque las fechas pueden variar ligeramente según las fuentes. Muchos de ellos todavía están estudiando en la preparatoria y la universidad, mientras que otros ya están comenzando a generar sus primeros ingresos gracias a su trabajo, los que podrían hacer crecer con ahorro e inversión.
Es una generación dinámica y diversa, con una fuerte conciencia social y una gran habilidad para la tecnología.
A diferencia de otras generaciones, la Generación Z es nativa digital y con una visión del mundo muy particular, que está transformando la forma en que los jóvenes se relacionan con las finanzas. En esta Generación Z, nada del mundo virtual se les dificulta, porque tienen la enorme ventaja de haber nacido en medio de la tecnología. Por lo tanto, el tema de las inversiones es tan sencillo como acercarse a alguna App, o hacer clic aquí o allá para hacer que su dinero trabaje para ellos.
Paralelamente, exhiben una mentalidad emprendedora, buscando ingresos a través de plataformas digitales y redes sociales. Su enfoque se inclina hacia “la experiencia”, priorizando viajes y eventos sobre la acumulación de bienes. El uso de la tecnología es inherente, gestionando sus finanzas mediante aplicaciones y plataformas en línea, y adoptando billeteras digitales.
El ahorro es una reserva monetaria como parte de los ingresos presentes para hacer frente a gastos o emergencias futuras. Es decir, es una manera de acumular dinero a lo largo del tiempo. En cambio, la inversión tiene que ver más con la adquisición de activos que permitan generar ganancias futuras y hacer crecer nuestro patrimonio.
Algunas de las posibilidades son:
Primero debes asegurarte una base sólida de ahorro que te permita, eventualmente, tener disponibles recursos suficientes para poder invertir. La inversión puede ser una forma efectiva de hacer que tu dinero trabaje para ti y genere rendimientos a largo plazo.
Una inversión tiene como fin último, generarte ganancias y rendimientos superiores a los que te da una cuenta bancaria por guardarte tus ahorros. Sin embargo, al invertir no debemos olvidar que también puede haber riesgos provocados por la volatilidad financiera de los mercados, los cuales en el largo plazo siempre se revierten. Por ello es importante no retirar recursos en épocas de volatilidad, sino esperar que pasen estás épocas de bajos rendimientos para disponer del dinero.
Antes de invertir, no olvides comprender los beneficios y riesgos potenciales que tendrás.
Algunos beneficios de tener invertido tu dinero son:
Los riesgos que debes evaluar consisten en:
Es importante que los jóvenes puedan desarrollar hábitos y adquirir conocimientos que les permitan gestionar sus recursos financieros de manera óptima, como por ejemplo, comprender conceptos básicos como:
Para la Generación Z, consolidar una salud financiera robusta implica ir más allá de las prácticas convencionales. Dada su naturaleza digital, es esencial aprovechar la tecnología para monitorear gastos y buscar fuentes de ingreso alternativas en línea.
La diversificación de inversiones desde temprana edad, aunque sea con montos pequeños, puede generar grandes beneficios a largo plazo gracias al interés compuesto.
Además, es crucial desarrollar habilidades de negociación y comunicación para desenvolverse en el mundo laboral y empresarial. Priorizar el bienestar mental y emocional también es clave, ya que el estrés financiero puede tener un impacto significativo. Finalmente, cultivar una red de contactos sólida y buscar mentores puede brindar apoyo y orientación en el camino hacia la libertad financiera.
En resumen, la Generación Z tiene la oportunidad de construir un futuro financiero sólido si adopta hábitos saludables desde temprana edad y se mantiene informada.