El presupuesto de una empresa es un aspecto clave para la consolidación del negocio y para mantenerlo operativo, sin trabas ni pausas. Por eso es necesario saber cómo armarlo y apegarse a una estrategia que permita lograr la organización de recursos en cada emprendimiento.
Esto es especialmente relevante si tenemos en cuenta datos arrojados por la Radiografía del Emprendimiento en México 2023, de la Asociación de Emprendedores de México (ASEM) donde se muestra que la razón de que los emprendimientos desaparezcan recae en la falta de liquidez con un 31.6%, y en la mala administración con 27.6%.
Es entonces entendible que tener una situación económica empresarial sólida aumenta las probabilidades de éxito en los negocios, y para eso una de las bases es saber cómo hacer un presupuesto.
Así que si estás pensando en iniciar tu propio negocio o tienes uno muy reciente, manéjalo con el conocimiento fundamental acerca de cómo armar el presupuesto mensual de tu empresa. Algo que es parte de todo lo que debes de saber para emprender.
Así que presta atención a los siguientes tips, y te será mucho más fácil lograrlo.
Primero necesitas saber con cuánto dinero y activos cuenta tu empresa, con la finalidad de arrojar claridad respecto a los recursos que tiene para generar productos u ofrecer servicios.
Para saber el patrimonio con el que cuentas, resta las deudas del negocio y no consideres los activos que no le pertenezcan. De este modo conocerás la viabilidad y capacidad de desarrollo que tiene por cuenta propia y tendrás una base para partir.
Lo que sigue es establecer metas, las cuales deberás basar en el patrimonio, y asegurarte de que sean realistas y alcanzables. Para ello analiza el mercado al que te diriges, las tendencias que existen en ventas, y lo que ofrecen los competidores.
Asimismo, establece límites de gastos para que tengas un mejor orden y no desestabilices las finanzas de tu negocio. De este modo podrás lograr tener fondos para cada área de una forma organizada, por ejemplo para el presupuesto de compras y el operativo.
Tocando eso último más a fondo, debes de considerar los gastos dentro de un par de rubros: el presupuesto operativo para los gastos fijos, y el de los variables.
El presupuesto operativo incluye el pago de servicios, alquiler y salarios, todos esos gastos que se mantienen iguales durante largos periodos.
Mientras que en los gastos variables hay que considerar el presupuesto de compras de materia prima, equipo o maquinaria, transporte y costos de producción.
El flujo de efectivo es la medición de las cantidades de dinero que ingresan y que salen de la empresa. Para lograr una proyección adecuada, evalúa los costos de producción, los gastos fijos y un promedio de los gastos variables, y compara con lo que vendes o pretendes vender.
Así podrás tener una mejor idea de si el flujo es o será positivo, es decir, si habrá más ingresos que salidas de capital, o si necesitas ajustar aspectos para que estas últimas no superen a los recursos que entran. Este punto es relevante para que puedas cumplir con tus obligaciones fiscales (impuestos), el pago de deudas y pagos a proveedores.
Hablando de los ingresos, es importante que tengas muy presente el hecho de que no todo el dinero que entra en la empresa significa ganancias. Hacer una proyección de los beneficios te será de utilidad para que sepas definir cuánto dinero necesitas destinar a la operatividad y generación de productos, con la finalidad de ganar rentabilidad.
El previo análisis de mercado te servirá para que identifiques la demanda de un producto o servicio. Sabrás el momento óptimo para invertir en su posicionamiento y podrás identificar la estacionalidad o periodo en el que es posible que tengas mayores ventas. Si haces esto podrás tener una mejor idea de las ganancias obtenidas, y llevar la cuenta del dinero que podrás hacer uso.
Por supuesto, dentro del cómo hacer un presupuesto no debes de descuidar este apartado, el cual es básico para reducir riesgos, ya que consiste en una cantidad de dinero destinada únicamente para hacer frente a emergencias. Esto evita que la empresa se endeude o que frene sus operaciones.
Entre dichas situaciones inesperadas o urgentes pueden estar averías en los equipos, desastres naturales, robos o que se pierda algún proyecto seguro al que ya se le haya invertido capital.
Para mantener controladas las finanzas empresariales, se debe hacer un seguimiento regular del proceso. Si tienes tu presupuesto mensual, puedes analizar si las proyecciones que hiciste correspondieron con la realidad, si tuviste las ventas esperadas, si el flujo de efectivo fue positivo, y si las deudas no aumentaron.
Si en algún aspecto no se cumplió con el objetivo, podrás ubicar fácilmente el área en la cual hay que hacer ajustes, y realizarlos a tiempo para que en el periodo siguiente los resultados mejoren.
Recuerda, el tener un presupuesto en la empresa arroja claridad respecto al manejo del dinero, un orden eficaz y mantiene unas finanzas sanas en los negocios. Así que tómate tu tiempo, y arma un plan que sea una buena ruta al emprendimiento. Si ya tienes el tuyo, modifícalo según los consejos para comenzar a ver prosperar tu negocio.