Tener una estrategia financiera sólida y definida para tu negocio son aspectos necesarios, tanto para mantenerlo funcionando en el presente como para hacerlo prosperar en el futuro. Por eso, es relevante que entiendas cómo lograr armar una.
De acuerdo con la Radiografía del Emprendimiento en México 2023, a las empresas les toma 1.8 años alcanzar la rentabilidad, en promedio. Es un periodo en el cual necesitan cuidar mucho sus recursos económicos, y aprender a darles un uso enfocado en la preservación del negocio. Y es este lapso el ideal para que aprendas cómo hacer una estrategia financiera.
Antes de crear una estrategia es necesario que entiendas por qué la necesitas. El ser estratégico en el terreno financiero es establecer el camino que la empresa debe de seguir para poder alcanzar sus metas más grandes, en el largo plazo. Es uno de los pilares en la administración de negocios, pues requiere de la preparación de recursos, definición de tiempos y medición de esfuerzos.
Para lograr esta planificación debes entender el estado actual de tu empresa, es decir, los recursos con los que cuentas al momento, sus fortalezas, debilidades y su competencia, de forma que realices un plan realista y alcanzable para poder aumentar los ingresos y reducir los gastos.
¿Aún no queda claro el concepto? ¡No te preocupes! Conoce los siguientes ejemplos de estrategias financieras que puedes poner en marcha:
Con claridad en la importancia de tener un plan que afecte positivamente a las finanzas en los negocios, es momento de que sepas cómo elaborar una estrategia para preservar y tener un emprendimiento rentable:
Lo primero es tener en claro desde dónde partes, conocer los ingresos, costos y ganancias de tu negocio, así como saber cuáles son las fuentes de generación de recursos que tiene.
Para lograr esto necesitas conocer los datos relativos a las ventas y su utilidad. Esta información servirá para saber si estás avanzando, estancado o retrocediendo en el camino al crecimiento, y podrás tomar decisiones a tiempo.
Define tus metas financieras y categorízalas por plazos. A corto plazo puede ser el pagar deudas a proveedores, a mediano puede estar el comprar equipo o remodelar las oficinas y a largo estaría el pensar en una expansión grande o llegar al mercado internacional. Esto te dará una mejor organización y mayor consciencia en el manejo de tus recursos.
Considera cada gasto que implica conseguir una venta, por ejemplo, la cantidad, los costos y el margen de utilidad que hay. De ese modo, puedes identificar las necesidades financieras de tu negocio, así como hacia dónde necesitas enfocar más recursos y esfuerzo.
Considera en el plan contar con un fondo de emergencias para posibles incidencias que puedan llegar a suceder. También ten en cuenta la liquidez (posibilidad de hacer frente a sus obligaciones financieras en el corto plazo) y la capitalización (aumento de recursos en un periodo determinado). Además, debes abarcar aspectos como inversiones, rentabilidad, riesgos, gestiones, entre otros.
Para este momento ya deberías tener una idea muy precisa de los recursos económicos que tienes y con los que podrás contar tu empresa. Este es el momento ideal para establecer un presupuesto, así sabrás en qué podrás y deberás gastar, establecerás límites y áreas, además de considerar las obligaciones fiscales. Todo con miras a aumentar ingresos y reducir gastos.
Una vez que tengas la estrategia, lo ideal es dar una revisión con la finalidad de detectar errores o algo que hayas omitido considerar. Haz esto después de un par de días para tener un enfoque fresco y diferente, para de este modo llevar a cabo los ajustes que en ese momento te parezcan necesarios.
En definitiva, con una estrategia financiera adecuada y un apego disciplinado hacia esta, alcanzarás la rentabilidad de una forma más sencilla y tendrás la posibilidad de maximizarla.
No lo olvides, ¡con un plan eficaz podrás llevar tu negocio al siguiente nivel!