
Con el incremento en el uso de servicios digitales del banco, cada vez resulta más importante cuestionarse “¿cómo proteger mis datos personales?”, y aprender cómo crear una contraseña segura para evitar ser víctima de fraudes y no poner en riesgo tus cuentas.
Dado que esta es la principal barrera que resguarda tus cuentas —desde tus redes sociales hasta tus fondos bancarios—, tomar todos los cuidados posibles es una prioridad. Una contraseña débil es la puerta de entrada para perder tu dinero y poner en peligro tu historial crediticio.
De acuerdo con la investigación anual de NordPass, 18 de las 20 contraseñas más usadas por los mexicanos pueden descifrarse en menos de 3 segundos. Y las dos restantes tampoco presentaron un buen nivel de seguridad, ya que fueron descubiertas en menos de 3 minutos.
El 90% de las contraseñas más usadas en México son descifradas en menos de 3 segundos. Si bien la banca digital brinda comodidad, también exige que asumas la responsabilidad de tu propia seguridad.
Este dato subraya la magnitud del riesgo y la necesidad de tomar medidas proactivas para asegurar tus claves de bancos.
Una contraseña segura es una combinación de caracteres difíciles de descifrar mediante programas automatizados, que actúa como tu identidad digital de acceso.
Va más allá de una simple palabra o número: es una clave bancaria o de otra cuenta privada que cumple con criterios específicos de complejidad y longitud, para resistir fraudes o ataques cibernéticos.
Su importancia se centra en un impacto financiero directo, pues un acceso comprometido no solo implica el riesgo de robo de tus fondos, sino también la posible contratación de créditos o servicios financieros a tu nombre, afectando tu capacidad de pago e historial crediticio.
En México, los fraudes financieros son una realidad constante. En el último año, se registraron 7,574 delitos de fraude (bancario y al consumidor) por cada 100 mil habitantes, según datos de la más reciente Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) del INEGI.
Esta situación refuerza la necesidad de ver a las contraseñas como uno de los escudos que protegen tu patrimonio.
Para poder aprovechar los beneficios de la banca en línea sin correr riesgos, conocer e implementar las características de una contraseña segura es un paso obligatorio. Estas pautas son el cimiento para blindar tus claves de bancos y cualquier otra cuenta digital.
Para crear contraseñas seguras, lo primero que debes considerar es emplear una mezcla de letras (mayúsculas y minúsculas), números y caracteres especiales como: !, @, #, $, entre otros. Al hacerlo, estás mejorando la clave y les complicas el trabajo a los delincuentes.
Ejemplo: Puedes usar alguna frase o dicho popular que te guste y que recuerdes fácilmente para crear una clave a partir de ella, cambiando letras iniciales o abreviaturas por símbolos o números. Siguiendo esta práctica, la frase “Mi primer auto fue un Tsuru azul 2005″ se convertiría en “M1pAuTsRaZ@2005”.
Así, generarás claves robustas y fáciles de recordar.
Evita series o patrones: Secuencias como 12345 o qwerty son el primer intento de los delincuentes para organizar un “ataque de fuerza bruta”, donde un programa automatizado prueba miles de combinaciones por segundo.
Sobre la longitud, en realidad depende del tipo de cuenta, ya que algunas tendrán un límite de caracteres que tendrás que respetar. Aun así, estas son las mejores recomendaciones:
| Tipo de contraseña | Longitud recomendada | Nivel de seguridad | Facilidad para recordar |
| Corta | 8 a 12 caracteres | Media (si es compleja) | Fácil |
| Larga | 15 o más caracteres | Alta | Moderada a difícil |
| Frase (ej. M1pAuTsRaZ@2005) | 15 o más caracteres | Muy alta | Moderada a fácil (si recuerdas bien la frase) |
Otra de las características de una contraseña segura es que no utilizan información personal, como cumpleaños, aniversarios o nombres de mascotas. Esto te vuelve un blanco fácil para los delincuentes, quienes pueden obtener los datos de tus redes sociales públicas o emplean técnicas de ingeniería social como el phishing, vishing y smishing.
Un ejemplo de este tipo de ataques es cuando el delincuente te contacta, haciéndose pasar por un familiar, amigo, conocido o incluso por un asesor bancario para preguntar sutilmente por detalles de tu vida.
De esta manera, no te das cuenta de que estás compartiendo información que puede aprovecharse para descubrir tu contraseña.
Despersonaliza tu contraseña: Para proteger tus datos personales, evita que tus claves se asocien a fechas o personas importantes para ti.
Aunque sea menos cómodo, lo ideal es tener contraseñas únicas para cada cuenta. Al reutilizar claves de acceso para tu correo, redes sociales y cuentas bancarias, aumentas exponencialmente el riesgo de sufrir un robo de todos tus perfiles si llegan a vulnerar uno solo.
Crea contraseñas que puedas identificar por tipo de cuenta. Por ejemplo, usa pares de dígitos o letras que te indiquen a simple a vista si pertenecen a tu cuenta de banco (B4) o si son para tus redes sociales (R3). Aplica el método de la frase para crear un código de acceso complejo y seguro.
No repitas contraseñas: Esta separación es crucial para proteger tus datos personales en un entorno interconectado.

Aunque ambos son códigos de seguridad, tienen funciones y formatos distintos:
El NIP se usa para operar tu tarjeta, mientras que la contraseña se usa para acceder a plataformas digitales.
Aunque la complejidad del NIP es menor a la de una contraseña, sigue siendo una clave de bancos fundamental que debes proteger.
Para crear un NIP bancario seguro y mejorar tu protección financiera, sigue estas pautas:
“¿Cómo proteger mis datos personales?” es una pregunta que nos ha surgido a todos alguna vez y ahora tú sabes cómo hacerlo: teniendo una contraseña y un NIP fuertes, pero esto es solo el inicio.
La seguridad en el mundo digital es un sistema de capas donde la gestión de tus claves de bancos, redes sociales y otros perfiles, así como la doble autenticación, son vitales para blindar tus datos privados.
Un gestor o administrador de contraseñas es una aplicación o software diseñado para almacenar, generar y manejar automáticamente tus claves en un lugar seguro y cifrado, previniendo que las olvides.
Además, la mayoría de estos gestores tienen una función de generación aleatoria de claves o códigos, garantizando que cada una cumpla con las características de una contraseña segura.
El Doble Factor de Autenticación (2FA) es una segunda forma de verificación para entrar a tus cuentas. Las redes sociales, correo y banca digital lo ofrecen como un paso fundamental para proteger tu información y dinero.
Funciona de la siguiente manera:
Este método también suele aplicarse cuando solicitas un cambio de contraseña, teléfono o correo en una de tus cuentas, puesto que es una forma de asegurar que nadie más que tú está pidiendo la actualización de datos.
Aprovecha las medidas de seguridad adicionales: Activar notificaciones o los datos biométricos (huella o reconocimiento facial) suman capas de blindaje a tus cuentas.
La recomendación es actualizarlas al menos cada 3 meses; sin embargo, si tienes una contraseña segura, única y compleja, puedes conservarla hasta 6 meses, a menos que se dé alguna de estas situaciones:
Una clave fuerte, combinada con 2FA, datos biométricos y el uso de un gestor de contraseñas, tiene menos necesidad de ser cambiada constantemente.
Saber cómo crear una contraseña segura es una habilidad esencial en la vida digital, así como la base para proteger tu ciberseguridad y, lo más importante, tu patrimonio. Recuerda que no se trata de tener una clave indescifrable, sino de tener una tan fuerte que los delincuentes desistan de intentar vulnerarla.
Actualiza tus accesos, utiliza gestores de contraseña y activa el Doble Factor de Autenticación en tus cuentas bancarias, correo electrónico, perfiles de compras y redes sociales. Ponte un paso por delante de los fraudes y ciberataques, utilizando la tecnología a tu favor. ¡La clave eres tú!
Para fortalecer tu conocimiento sobre el tema, aquí encontrarás respuestas a dudas adicionales que te pudieran surgir.
Es un ciberataque donde los delincuentes usan un software automatizado que prueba sistemáticamente todas las combinaciones posibles de números, letras o símbolos hasta encontrar la clave correcta. La única defensa ante este ataque es la longitud y complejidad de tu contraseña, que aumenta el tiempo que les tomaría a los delincuentes descifrarla.
Los bancos ofrecen un proceso de recuperación o restablecimiento de contraseña a través de su sitio web o app móvil. Generalmente, requerirá que verifiques tu identidad escaneando tu identificación oficial, tomando una foto o video de reconocimiento facial, o bien, es posible que te envíen un código de verificación o debas acudir directamente a una sucursal. Todo depende de la entidad financiera de la que seas cliente.
Si introduces incorrectamente tu contraseña o NIP más de tres veces (el límite puede variar según la institución), el banco bloqueará automáticamente tu acceso a la plataforma digital o inhabilitará tu tarjeta por seguridad. Tu dinero no desaparece, pero queda inaccesible temporalmente. Estos son los pasos que debes seguir para desbloquear cada uno:
Si detectas movimientos raros o no reconoces alguna compra, por pequeño que sea el monto, lo más probable es que algún delincuente tenga acceso a tu tarjeta o cuentas. Comunícate de inmediato con tu banco y reporta los movimientos para obtener la devolución de tu dinero y blindar tu patrimonio.
No. Tu correo electrónico es la herramienta para reestablecer tu contraseña, tanto bancaria como de otros servicios. Si un delincuente entra a tu correo, fácilmente puede tomar el control de tu dinero u otros recursos. Usa siempre una clave única y robusta para cada cuenta.
Los datos biométricos son únicos y difíciles de replicar, añadiendo una capa extra de seguridad. Debes activar el acceso con huella digital o reconocimiento facial directamente en la app de tu banco; si tienes problemas para capturarlos, acude a una sucursal para resolverlos con ayuda de un asesor.
Actúa de inmediato. Llama a la línea de atención de tu banco para reportar la actividad sospechosa y pedir el bloqueo temporal de tus cuentas y tarjetas. Solicita la reposición de tus plásticos y actualiza tus contraseñas y NIP. También puedes acudir a autoridades como CONDUSEF, PROFECO, la Policía Cibernética, la Fiscalía General o la Guardia Nacional, según sea el caso.
Depende de la aplicación. Normalmente, debes configurarlo desde el menú de “Seguridad y acceso”, elegir el Factor de Doble Autenticación y seguir las instrucciones. El Doble Factor de Autenticación (2FA) está disponible en casi cualquier app o plataforma en línea, como redes sociales, apps de mensajería (WhatsApp, Telegram), correo electrónico, entre otros.
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