
Acceder a un crédito te permite adquirir productos o servicios que, en muchas ocasiones, resultan indispensables. Sin embargo, un uso incorrecto de este recurso puede generar problemas como el sobreendeudamiento, que es difícil de manejar y superar.
Es la situación en la que una persona cuenta con más deudas de las que puede pagar, lo cual hace que se pierda el equilibrio entre el dinero que tiene disponible y las obligaciones económicas que debe cubrir.
Según la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera, el 36.2% de la población mencionó que tenía algún tipo de deuda, pero el 17.1% consideró que el monto adeudado era alto o excesivo, lo cual sugiere una condición de sobreendeudamiento.
Entre los factores que desencadenan este tipo de problema financiero están:
Es importante entender que esta situación va más allá de sumar varias deudas, pues una persona puede tener más de un crédito. El sobreendeudamiento ocurre cuando ya no es posible seguir pagando y se acumulan las cuentas.
Cabe destacar que este estado impacta negativamente en el historial crediticio, ya que quedan registros tanto de la cantidad adeudada como del tiempo que se tarda en liquidarla. Como resultado, se reducen las posibilidades de obtener un financiamiento en el futuro.
Un crédito bien manejado es de gran ayuda para poder acceder a servicios financieros con condiciones favorables, como mejores tasas de interés, plazos de pago accesibles y montos disponibles más altos.
Además, al llevar un buen historial crediticio, aumenta la probabilidad de obtener un préstamo en caso de una emergencia o si se desea financiar una compra importante, como adquirir un automóvil o un departamento.
Un uso adecuado del crédito te permite mantener unas finanzas sanas, lo que contribuye a evitar el estrés financiero y te facilita vivir sin la constante preocupación de cuestionarte si podrás hacer frente a los pagos del mes.
En cambio, cuando el financiamiento se administra de forma incorrecta, y se acumulan mensualidades o pagos atrasados, aparecen problemas como altos intereses, comisiones y cargos adicionales.
Ahora que sabes las causas del sobreendeudamiento, pon atención a los siguientes consejos para evitar caer en este escenario:
Lo primero que necesitas para mantener unas finanzas sanas es hacer tu presupuesto. Para ello, vas a crear una lista de todos tus ingresos. Al lado de ese listado, deberás anotar tus gastos aproximados en este lapso, como la compra de la despensa, el pago de internet y del teléfono.
Después, vas a sumar tus gastos y restar esa cantidad a tus ingresos totales. Si ves que te sobra un monto, esa diferencia puede destinarse al pago de tus créditos. Así sabrás cuánto puedes gastar cada mes sin comprometer tu capacidad de pago y podrás definir con claridad en qué usar tu dinero.
Una de las principales causas del sobreendeudamiento es gastar más dinero del que tienes disponible. Así que, si tienes varias cuentas a crédito y gastas más de lo que puedes pagar, las deudas se acumularán rápidamente.
Para mantener tus finanzas sanas, es importante que tus cuentas de crédito no superen el 30% de tus ingresos mensuales. Si excedes ese rango, se te complicará hacer los pagos y empezarás a generar intereses sobre los saldos pendientes. Por ello, es vital ser consciente de estos límites y ajustar tus hábitos de consumo.
Si ya tienes varias deudas de crédito, te recomendamos priorizar el pago de aquellas con los intereses más altos. Para esto, necesitas informarte sobre las tasas de interés de cada préstamo.
De esta forma, podrás reducir el impacto de los intereses en tu economía, liquidar tus cuentas poco a poco y evitar que las deudas sigan creciendo. Pagar las más costosas es una forma efectiva de empezar a liberar tu economía.
Para conservar una buena salud financiera a largo plazo, es primordial que sigas algunos hábitos financieros como:
Para finalizar, recuerda que el crédito no es un enemigo. Al contrario, si lo usas con responsabilidad, puede convertirse en una herramienta muy útil para financiar compras importantes y salir adelante frente a imprevistos.
La clave está en el equilibrio: no gastes más de lo que puedes pagar y siempre ten en cuenta tus prioridades. Si sigues estos consejos, podrás disfrutar de una vida financiera más tranquila y segura.