
La educación es el mejor regalo que les puedes dejar a tus hijos y un seguro educativo es una excelente herramienta de planificación financiera que puedes utilizar para que, pase lo que pase, garantices que terminen sus estudios.
De acuerdo con la última Encuesta Nacional sobre Acceso y Permanencia en la Educación (ENAPE) del INEGI, el 14.2% de los jóvenes de 18 a 22 años no asistieron a la escuela por falta de dinero o recursos, teniendo uno de los mayores porcentajes respecto a adolescentes y niños de educación básica o media superior.
Y es que el costo de las universidades (licenciaturas o posgrados) incrementa año con año. En promedio, estudiar una carrera en México puede oscilar entre los $14,000 y $240,000 pesos, dependiendo de factores como la institución (si es pública o privada) y el programa de estudios.
Ante esta realidad, un seguro de educación no es un lujo, sino una necesidad fundamental.
Uno de los principales factores del abandono escolar en la educación superior es la falta de dinero o recursos, de acuerdo con cifras del INEGI.
Un seguro educativo o de educación garantiza que tus hijos continúen con sus estudios, ya que, al cumplir 18 años o la edad pactada en el contrato, podrán disponer del dinero para pagar gastos como colegiaturas, útiles o materiales, etc.
La clave de este producto es que funciona como una combinación del seguro de vida y una cuenta de ahorro a largo plazo.
El seguro de educación no se limita a ser un fondo de ahorro: su verdadero valor reside en la garantía de cumplimiento que ofrece, incluso si tú ya no puedes seguir pagando la póliza debido a una invalidez permanente o por fallecimiento.
Por lo tanto, al contratar un seguro de estudios para hijos, garantizas que no abandonen la escuela y les brindas un mejor futuro, independientemente de lo que suceda en la familia.
Si bien las coberturas varían de acuerdo a la aseguradora, suele incluir:
Antes de firmar, revisa que tu contrato indique las coberturas básicas y opcionales que incluye tu póliza. Así evitarás sorpresas o malentendidos cuando llegue el momento de reclamar la suma asegurada.
Generalmente, las aseguradoras solicitan al contratante o titular:
Elegir la póliza adecuada requiere analizar cuidadosamente tus necesidades presentes y futuras:
En el cálculo del monto que necesites, añade un extra que considere materiales, útiles o transporte y alojamiento, si es que te gustaría enviar a tu hija o hijo a estudiar al extranjero.

El seguro educativo ofrece beneficios que van mucho más allá de simplemente tener dinero disponible para el futuro de tus hijos, pues prever el gasto educativo mejora significativamente tu planificación financiera:
Es común preguntarse si es mejor contratar un seguro de estudios para hijos o simplemente invertir dinero por cuenta propia. Aquí te compartimos una breve comparativa para que salgas de dudas.
| Característica | Seguro educativo | Fondo de inversión o ahorro tradicional |
| Entrega del capital | Garantizada, dado que el monto se entrega incluso si el contratante o titular fallece o tiene una invalidez permanente. | Depende de tu disciplina para ahorrar o invertir. También puede haber riesgos de pérdida, dependiendo del tipo de inversión. |
| Seguro de vida | Suele estar incluido como cobertura básica. Esto respalda a los beneficiarios (tus hijos) en caso de que llegues a faltar o tengas algún accidente o enfermedad que te impida pagar las primas. | No está incluido. |
| Rendimiento | Estable y moderado. Entre más pequeños sean tus hijos, puedes conseguir más rendimientos. | Varía de acuerdo al tipo de fondo de inversión elegido. |
| Disciplina financiera | Forzosa, puesto que el impago resulta en la cancelación de la póliza. | Voluntaria, ya que puedes cesar tus aportaciones, aumentarlas o reducirlas. |
Aunque existen diversas opciones, el seguro tiene la ventaja insuperable de combinar los factores de póliza de vida + ahorro a largo plazo.
Para aprovechar al máximo un seguro educativo, el tiempo es fundamental. Cuanto más pequeño o joven sea tu hijo al contratar la póliza, más bajo será el costo de tu prima y el fondo tendrá un mayor plazo para generar rendimientos.
Por ejemplo, ahorrar un total de $200,000 pesos cuando tu hijo tiene 1 año de edad requiere de una prima (mensual, trimestral o anual) más baja, pues tendrás 17 años para liquidar el seguro. En cambio, pagar el mismo monto cuando tu hijo tiene 12 años aumenta la carga financiera y recibes menos intereses.
Adquirir un seguro de educación desde muy temprana edad no solo protege tu tranquilidad, sino que optimiza cada peso invertido, liberando tus finanzas para otros objetivos que pudieras tener para tu familia.
La educación, sin duda, es la mejor herencia. Al planificar con herramientas financieras sólidas como el seguro educativo, garantizas que el camino profesional de tus hijos esté libre de obstáculos económicos.
Encuentra más información sobre el tema.
Si tu hija o hijo decide no estudiar la universidad, aun así la suma del seguro se entrega al contratante (padre, madre o tutor) al vencimiento del plazo. El uso de ese dinero pasa a ser una decisión familiar y se puede destinar a otros fines, como un negocio o la adquisición de un bien.
Idealmente, debes empezar lo más pronto posible después del nacimiento de tu hijo. Esto te permite tener el plazo más largo disponible (hasta 18 o 20 años), lo que resulta en primas más bajas y maximiza los rendimientos del ahorro para la educación gracias al interés compuesto.
Si necesitas cancelar el seguro educativo o retirarlo de manera anticipada, revisa tu contrato para verificar si aplica el valor de rescate, es decir, la posibilidad de recuperar una parte del dinero aportado. Ten en cuenta que esto depende de la aseguradora y que el monto que recuperas será menor que la suma de las primas pagadas, ya que se aplican penalizaciones.
Debes estimar el costo actual de las universidades donde te gustaría que estudiara tu hijo para obtener un promedio, aplicar una tasa de inflación educativa anual (que suele ser un 3% por encima de la inflación regular), considerar tus ingresos y gastos fijos actuales, así como tus planes a futuro.
Para un mejor cálculo, te sugerimos contactar a un asesor financiero para que te ayude a proyectar el monto ideal de acuerdo a tus circunstancias presentes y futuras.
Al vencimiento del plazo (cuando el beneficiario cumple la edad pactada), el contratante debe comunicarse con la aseguradora. La entrega del dinero se realiza previa presentación de documentos de identificación y la póliza original.
No, el seguro educativo es una póliza de ahorro y protección, no un crédito, por lo que no se reporta al Buró. Pero, si pagas tus primas con tarjeta de crédito y no liquidas esa deuda con tu banco o financiera, sí puede afectar tu historial.
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