La Densidad de cotización es un indicador que mide el porcentaje de tiempo que has trabajado formalmente y cotizado al IMSS o ISSSTE. En términos más sencillos, es un historial de tus aportaciones a tu ahorro para el retiro.
La densidad de cotización determina en gran medida el monto de tu pensión. Entre más tiempo trabajes de manera formal, mayor será tu pensión. Esto se debe a que el tiempo que has cotizado es uno de los aspectos clave en el cálculo de tu pensión.
Imagina tu pensión como una casa: mientras más “ladrillos” (aportaciones) pongas, más sólida y grande será. La densidad de cotización es como la cantidad de ladrillos que has colocado.
Para calcular la tasa de reemplazo, divides la pensión entre tu último salario y lo multiplicas por 100:
Imagina que tu trabajo es como un pozo al que vas depositando agua (tu dinero cotizado). Mientras más tiempo trabajes y cotices ya sea al IMSS o al ISSSTE, más agua (dinero) tendrás acumulado al final. es decir, mayor será tu densidad de cotización.
Interrupciones laborales: Los periodos de desempleo o trabajo informal disminuyen tu densidad de cotización.
Impacto en el monto de la pensión: Un salario más alto genera mayores aportaciones a tu Afore y, por lo tanto, una pensión más elevada.
Ahorro Voluntario: Es el dinero extra que ahorras y que te ayudará a aumentar lo que recibirás en tu retiro.
Flexibilidad: Puedes elegir el monto y la frecuencia con que lo haces.
Ventajas de comenzar temprano: Quienes inician su vida laboral a temprana edad tienen más tiempo para cotizar al IMSS y acumular un mayor ahorro.
Formal e Informal: Los empleos formales son aquellos que te permiten cotizar al IMSS y aumentar tu ahorro para el retiro.
Al comprender la importancia de la densidad de cotización como un indicador clave para tu futuro financiero y tomar medidas para aumentarla, estarás dando un paso importante hacia planificar tu futuro para disfrutar de una mayor flexibilidad financiera en tu vejez.